Por A. Vulcano.
La vi hará poco más de un año, pero
no me ha dado ninguna pereza revisarla. Excelente parodia, que, a
pesar de serlo, trata con mucho respeto los originales que
“homenajea”, las dos de Whale y “El hijo de Frankenstein”,
donde aparecía el inspector del brazo de madera (e incluso la
partida de dardos), un personaje ya dado a parodiar salvajemente
desde su propia concepción, como muy bien hace Brooks. Respeto,
decía, ese estupendo blanco y negro, esos escenarios, la “foto”
del castillo, la música e incluso los aparatos del laboratorio, pues
he visto en los títulos de crédito iniciales el agradecimiento a
una persona por ello, con lo que supongo que igual son los originales
de las películas de la Universal…
A pesar de algunas concesiones a la sal
gruesa y el humor chusco, e incluso algunos bajones de ritmo, está
plagada de chistes inolvidables (“¿Qué joroba?”), muchos “gags”
muy, muy graciosos (ese Wilder clavándose el escalpelo en la pierna)
y que no han perdido nada de gracia, con lo cual elevan la película
a la categoría de gran comedia. Y con su buen guión (de Brooks y
Wilder), con un buen desarrollo de la historia, nada de las parodias
que consisten solo en una acumulación de chistes sin ton ni son…
Gene Wilder en estado de gracia,
irrepetible Igor Marty Feldman (“A… normal”) junto a la gran
dirección de Brooks, pienso que es el punto más alto de sus
respectivas carreras. Todo esto sin olvidar al resto del reparto,
desde el vejete que “salta” de la camilla hasta Frau Blücher
(relincho de caballos).
En resumen, una película que se puede
volver a ver cada año y disfrutar sin ningún problema