sábado, 23 de abril de 2016

TARZÁN DE LOS MONOS (W.S. Van Dyke, 1932) de Jesús M. Cabrillna


Protagonizada por Johnny Weissmuller y Maureen O ‘Sullivan. Hoy día no se concibe Tarzán sin el inconfundible gorgorito tirolés que patentó Weissmuller y sin la mona "Chita" que incluyeron por primera vez en este film y que lo acompañaría a lo largo de la saga. Aquí encontrareis la película más estresante del cine de aventuras de su época ya que cada minuto de metraje está lleno de ataques de leones, leopardos, rinocerontes, hipopótamos, cocodrilos y varias tribus de salvajes cabreados porque has mirado mal algún tótem. Sin duda, el cine de aventuras tal como se conoce hoy día le debe mucho a esta primera de las muchas aventuras del rey de la selva.









viernes, 22 de abril de 2016

El Tarzán de Weissmuller Por Jesús M. Cabrillana

El Tarzán de Weissmuller




Doce títulos imprescindibles para los amantes del hombre mono más famoso del cine. Johnny Weissmuller dio fama como nadie a este personaje literario. Personalmente recomiendo las tres primeras que son imprescindibles junto con su aventura en New York y la penúltima. De entre ellas, por muchísimos motivos la segunda es la mejor de todas, imprescindible por encima del resto.
Hubo más películas sobre el personaje pero Weissmuller lo dotó de personalidad propia borrando del mapa a otros como Lex Barker o Gordon Scott, ambos con 6 películas de Tarzán cada uno en su haber.
Lo mismo sucederá con Maureen O ‘Sullivan que co-protagonizará hasta la historia de New York esta saga como Jane, logrando también que el público no vuelva a recordar jamás a ninguna otra actriz en el papel.
Género de aventuras en estado puro que sin ser obras maestras son capaces, no solo de entretener, también de recordarnos aquellas tardes de sobremesa en las que sus ciclos de cine en televisión nos mantenían quietos frente al televisor viviendo estas geniales aventuras en taparrabos.
Tarzán de los monos (1932)
Tarzán y su compañera (1934)
La fuga de Tarzán (1936)
Tarzán y su hijo (1939) 
El tesoro de Tarzán (1941)
Tarzán en Nueva York (1942)
El triunfo de Tarzán (1943)
Tarzán el temerario AKA Tarzán en el desierto misterioso (1943) 
Tarzán y las amazonas (1945)
Tarzán y la mujer leopardo (1946)
Tarzán y la cazadora (1947)
Tarzán y las sirenas (1948)

martes, 12 de abril de 2016

CICLO FRANKENSTEIN. “El hijo de Frankenstein”. (1.939) Anthony Vulcano.

“El hijo de Frankenstein”. (1.939)



Lo primero, esta película, para mí,siempre ha sido “la que el monstruo lleva un chaleco de borreguillo”…
Se acabó lo que se daba. Si la primera de Whale fue magnífica, y “La novia...” tocó el cielo, aquí bajamos en picado.
Se tenía a un personaje fascinante y que seguro que dio buenos réditos en las salas, así que había que seguir adelante con películas suyas. Y poco más. Ni dobles lecturas, ni poesía, ni hallazgos de ningún tipo. Obviamente, ya estaba prácticamente todo dicho…
Bien, el hijo de Frankenstein vuelve al pueblo a tomar posesión de la herencia de su padre, pero se topa con el rencor de los aldeanos, que no olvidan los malos momentos que pasaron a raiz de los experimentos ya conocidos. Se instala en el castillo y tarda poco en encontrarse con Igor (Bela Lugosi), que le llevará hasta el monstruo, que, claro, sigue vivo, y está “enfermo” (le cayó un rayo o algo así, creí entender). Ni corto ni perezoso, el hijo del doctor se pone manos a la obra y de nuevo nuestro amigo Frankie vuelve a caminar. Pero Igor lo que desea es una venganza personal, y, gracias al dominio que tiene sobre la criatura (vaya Vd. a saber cómo), le va enviando a eliminar a ciertos ciudadanos, con lo cual, vuelve la alarma y de nuevo nos metemos en harina.
En el reconocimiento médico al que se le somete, vemos que tiene 30 y 20 de tensión, y 250 pulsaciones por minuto, “un superhombre, gracias a los rayos cósmicos que absorbió gracias a los cometas…”, dice un avispado Rathbone…
Empezaremos por lo bueno. Basil Rathbone, Bela Lugosi y Boris Karloff, tres grandes de la época. Los decorados, sobre todo los interiores del castillo, son muy curiosos. De nuevo nos recuerdan tangencialmente al expresionismo alemán, pero también vemos que son unas salas enormes y aparte de las escaleras y rincones varios, están prácticamente vacías, sin alma (como la película en sí). Y sí, algunas escenas memorables, como cuando se mira en el espejo… Y ya está.
Vamos con lo malo. Lo que podría haber sido la introducción de un personaje peculiar e interesante, recordemos al Dr. Pretorius de la anterior, es esta vez la irrupción del inspector Krogh, un policía, militar frustrado, que insiste primero en proteger al hijo del Dr. de posibles amenazas por parte de la turba, y luego en investigarle, pues tiene fundadas sospechas de que sigue con las prácticas de su padre. El inspector Krogh lleva monóculo y tiene un brazo de madera –imaginad quién fue el causante- , articulado, que mueve con su brazo bueno (se levanta el brazo de madera, se mete el monóculo entre los dedos de madera y lo limpia con la mano buena; se lo pone y baja el brazo de madera). Vamos, un personaje digno de parodiar salvajemente, eso si no pensamos que ya hubiera sido ideado así. Por supuesto, Mel Brooks lo hizo en su “Jovencito Frankenstein”, al igual que otros asuntos de este título, como las aldabas de la puerta y su estruendoso sonido.
De los 70 minutos que duraban las anteriores, pasamos –innecesariamente- a ¡ 99!, que se hacen eternos, pues la película es aburridísima. Las conversaciones entre Rathbone y el inspector, además de bobas e inútiles, no tienen fin, estás deseando que acaben de una vez y pase algo. Hasta pasada la hora, el monstruo no “hace nada”. El final es precipitadísimo y anticlimático. Y Rathbone está histriónico y sobreactuado en muchos momentos. Pero lo principal, es muuuuuy aburrida, aquello no tira para ningún lado y estás deseando que acabe de una vez. Y aquí notamos la valía de James Whale, y la rutina de Rowland V. Lee, un artesano del medio. No me extraña que Karloff declinara a partir de aquí seguir interpretando al monstruo…
Miedo le tengo a la siguiente, esta vez con Lon Chaney Jr. en el papel de monstruo…
Pd.- Yo he visto aquí a Karloff mucho más ”ancho”, cuando pasamos de los 50, muchos solemos “ensanchar” bastante, tal vez por eso ya no quedara bien con americana y de ahí lo del chaleco de borreguillo.









lunes, 4 de abril de 2016

CICLO FRANKENSTEIN. “La novia de Frankenstein” (1.935)

CICLO FRANKENSTEIN. “La novia de Frankenstein” (1.935)

Por Anthony Vulcano.





   Es imposible comentar esta película y no caer en tópicos y lugares comunes, “desmiente lo de que nunca segundas partes fueron buenas”, “es mejor que la primera”, “es una obra maestra del cine en general”… Y es que no puedes sustraerte a ello. O vas de moderno y “snob” por la vida y la pones a parir, o caes rendido a sus encantos. Esto es lo que hay.
      Cuatro años después se reunió casi todo el equipo original (Mae Clarke y el Burgomaestre no repitieron, sin embargo sí que repitió Dwyght Frye, con otro personaje, pues el de la primera murió) y se embarcaron en una continuación que comienza muy literariamente, con una reunión entre Percy Shelley, Lord Byron y Mary Shelley,en  la cual se cuenta que no acabó la historia en la primera parte y se dispone a narrar la continuación. Continuación inmediata, pues nos encontramos en el mismo molino en llamas, cuando ya se retiran los lugareños (esa horda que ha juzgado, condenado y ejecutado al “monstruo”) y descubrimos que no, que la criatura sigue viva. 
    Por otra parte, el Dr. Frankenstein se recupera y relaja junto a su prometida, cuando recibe la visita del Dr. Pretorius, el cual, de un modo u otro, le incitará a volver a las andadas.
       Vamos con ello: mejor que la primera, mucho mejor (y mira que era buena); obra maestra. Y yo no uso este término muy alegremente.. 
El comienzo “literario”, el progreso del guión, la “no muerte” del monstruo –bien, bastante aceptable, en siguientes entregas la cosa ya chirría-, las actuaciones, las segundas lecturas… Una maravilla. 
      Lo del Dr. Pretorius es de nota. Un tipo mefistofélico que embaucará a Fausto-Frankenstein , con un actor impresionante, dándole un toque de humor soterrado y que traspasa el propio género del terror al que asistimos para ascender a la fantasía desbocada, con esas “creaciones” diminutas que guarda en un baúl. Algo sensacional, escenas inolvidables, como la del ermitaño, escena que  llega a demostrar una sensibilidad exquisita, que desemboca en la lágrima de la criatura. Y ya sin calificativos, toda la parte, primero, de la “creación de vida” en la Novia, y cuando ya la vemos, con ese peinado tan característico, Elsa Lanchester fijada en el imaginario colectivo para siempre, y con esa reacción hacia el pobre (sí, el pobre) monstruo que desencadena el final. 
     No se puede olvidar la genial partitura de Franz Waxman, indisociable de las imágenes. 
Como anécdotas, tras ver los extras del DVD, supe que Colin Clive (un buen doctor Frankenstein… hasta que llegó Cushing), falleció dos años después destrozado por el alcohol, que Karloff ya era una gran estrella en este momento y que James Whale fue el mayor artífice de todo el encanto que tiene esta película, con un talento que ya no volvió a brillar a la misma altura, pues la política de estudios no le permitía hacer las cosas a su gusto. (Se suicidó el hombre años más tarde)
Bueno, supongo que he escrito muchas palabras de halago, pero es lo que se merece. Ya vendrán cosas peores… He pensado incluso en dejar el “ciclo” aquí para quedarme con el buen sabor de boca…

Si en la primera, en el reparto inicial, un signo de interrogación nos impedía saber quién interpretaba al monstruo, aquí ya vemos que KARLOFF, con letra bien grande, iba en primer lugar; sin embargo, en esta ocasión se nos escamotea a la intérprete de la compañera del monstruo.. ¿quién será?...